LOS CAMINOS DE MARCAMAR

LOS CAMINOS DE MARCAMAR
Atravesando Navia (ASTURIAS)

viernes, 22 de octubre de 2010

LA NIÑA DE LA MARIPOSA


DANAHE Y MONTSE:

Las niñas catalanas, dos chicas jóvenes y alegres, muy simpáticas ellas, que nos alcanzaron llegando a Villalba, cuando cruzábamos la carretera cerca de la ermita de San Roque y del cementerio neo-gótico.
Al vernos se alegraron mucho porque no habían encontrado ningún rastro de peregrinos, y le venían pidiendo a Santiago que intercediera para que se encontraran con alguien en el Camino. Entonces aparecimos nosotras y nos decían: _¡Sois ángeles convertidas en peregrinas!
Desde que se unieron a nosotras nos cautivaron con su simpatía.

Montse, risueña, alegre y dicharachera.
Danhae, conversadora, de mirada serena y profunda y con un gran carisma de peregrina. Se le nota que siente el Camino autenticamente.
Al poco de ir juntas, ocurrió un hecho simpático que nos conmovió mucho
e hizo aflorar en nosotras sentimientos de ternura compartida: Una bella mariposa de alas doradas, se posó en la mano de Montse. Todas nos paramos y quedamos atónitas. Ambulant y Danahe reaccionaron y sacaron las cámaras fotográficas atrapando uno de los instantes más bellos del Camino, que hicieron vibrar nuestras fibras sensibles y casi lloramos de emoción.

Y al llegar al albergue, en Vilalba, escribí el poema: la mariposa del Camino

MARIPOSA DEL CAMINO

La niña iba soñando
sueños de peregrina,
la mariposa volando
quiso acariciar la niña.

En un momento de magia
el tiempo allí se paró,
la mariposa del aire
en su mano se posó.

Con el roce de sus alas
besos de seda le dio
y la niña emocionada
escuchó a su corazón.

Su mirada quedó fija,
su aliento se entrecortó,
y aquel instante del día
en Eternidad se convirtió

La mariposa del Camino
igual que allí se posó,
lentamente y como vino
su vuelo al fin reanudó

Y allí se quedó la niña
siguiendo con la mirada
a su bella mariposa
que en el aire se alejaba.

julio 2005-Camino de Santiago

Con inmenso cariño para Montse,
la niña de la mariposa.

En Arzúa conocimos a los padres de Danahe, que venían en coche desde Barcelona para recogerlas en Santiago, y pararon allí para verlas. Estuvimos con ellos conversando un momentito en la Plaza de España. Son encantadores, lo mismo que su hija. De hecho, los felicitamos por tener esa joya de hija.
En Monte de Gozo nos despedimos de las niñas con un fuerte abrazo, entre lágrimas y risas, y con la promesa de seguir en contacto ya para siempre, porque una amistad así no se pierde.
¡¡Qué amistades tan bellas regala el Camino!



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